
El orondo director sabía muy bien cómo realizar una película de este tipo, llena de intriga y suspense, y aunque hayan pasado casi 50 años ha envejecido fenomenalmente. Llama sobremanera la atención el personaje de Anthony Perkins, digamos que un precursor de los famosos asesinos en serie de la historia del cine con ese personaje de Norman Bates. Los Hannibal Lecter y demás han bebido de clásicos como este. Naturalmente, en la década de los 60 los efectos visuales disponibles no eran los de hoy en día, pero de todos modos están bastante logradas las escenas de mayor tensión, la de la ducha, repetida hasta la saciedad, incluida. Mucho influye en eso la no menos famosa banda sonora. Eran otros tiempos y había que encontrar otros modos que no fuesen el visual para llegar al espectador.
En definitiva, me ha resultado curioso ver lo entretenida que se me ha hecho, mucho más que películas de hoy en día que se nos promocionan a bombo y platillo.
PD: ni sabía de la existencia de varias secuelas que, me imagino, serán de una calidad que dejará bastante que desear.