
Lo que más me ha gustado ha sido el modo en el que ha sido rodada, intercalando imágenes de entrevistas como si fuese un documental con otras en las que se nos muestra todo lo que rodeó a la propia entrevista en sí. Mención aparte, el gran papel de Frank Langella caracterizado como Nixon, merece sin duda el Oscar para el que está nominado, aunque todavía es verdad que no he visto las actuaciones de sus rivales.
Una buena película al fin y al cabo, no para rebosar de premios, pero sí como para disfrutar viéndola. Además, personalmente todo el tema del Watergate, Vietnam... toda esa época me parece fascinante para permitir todo tipo de elucubraciones sobre ello. Se nota que hay gente que opina lo mismo.