
Entre los actores destacar a un sublime Laurence Frishburne, capaz de dejar su sello intemporal en un místico Morfeo. Es de largo el mejor de los protagonistas, mucho más que Keanu Reeves o Carrie Ann Moss, que no saben, a mi parecer, llegar tanto como lo hace el amigo Laurence. El otro que merece destacar es Hugo Weaving, en su primer papel con algo de nombre, ya que el agente Smith es uno de esos villanos que no se olvidan.
No se puede hablar de esta película sin comentar sus secuelas, Matrix Reloaded y Matrix Revolutions. Tal fue el eco mediático de la primera que tuvieron el listón demasiado alto. Personalmente, las defiendo y me gustan, pero este universo creo que daba para mucho más. Quisieron abarcar demasiado y no supieron aprovechar de forma más eficiente todo el material que disponían.
Definitivamente una película que es historia reciente del cine y que me imagino habrá pocas personas que no la hayan visto, así que mi recomendación, directamente, sobra.