Ciudad de Dios

|
Cada cierto tiempo tenemos la suerte de ver películas que no son nada corrientes. Por norma general no conseguirán grandes recaudaciones y puede que no se hable mucho de ellas. Luego, cierto tiempo después se les pone una etiqueta: de culto. Ciudad de Dios es eso para mí, un film de culto con todo lo que significa esa palabra, una película a la que se debe hacer culto, se debe adorar cual Dios.

Empezando por el final de los años 60 y hasta el principio de los 80 se nos narra las vivencias que ocurren en Ciudad de Dios un barrio muy pobre en los suburbios de Rio de Janeiro. El relato se centrará en Buscapé un joven que quiere ser fotógrafo, en Dadinho, que quiere ser el mayor narcotraficante, y en el resto de personas que les rodea. La vida en las favelas es muy corta, el tráfico de drogas está a la orden del día e incluso la pasma tiene miedo a entrar en ellas donde lo que dicen los narcotraficantes es la ley.

Los 130 minutos de duración de la película se pasan volando ya que el interés va in crescendo todo el rato. Como punto final una anécdota: los Oscars no la tuvieron en cuenta el año en el que debía haber sido nominada y al año siguiente la nominaron en cuatro apartados incluyendo el de mejor director.

0 comentarios: