Una serie que levanta sentimientos ambiguos. Bien levanta pasiones o bien te sientes como si te hubiesen tomado el pelo. Después de un grandioso inicio de 1ª temporada, un final no necesariamente malo y una 2ª temporada en constante declive, pero de todos modos interesante, me dispuse a ver la 3ª temporada a ritmo de USA. Llegue hasta el cuarto episodio y no me atraía lo más mínimo seguir viendo las aventuras los Scofield brothers. De todos modos pensaba retomarla algún día. Estos días me he puesto con ella. Y he llegado a una conclusión: Prison Break es una serie para verla de tirón, tener la temporada completa y ver los episodios que te vengan en gana. Una serie con muchos giros en el guión, a veces demasiados, pero que al ver un capi tras otro no le das demasiada importancia a los posibles errores que ocurren y así se convierte en un pasatiempo ligero y, a la vez, entretenido.Las andanzas de los Michael y Licoln han llevado al hermano menor a la cárcel de Sona, un verdadero antro en el que los prisioneros se han hecho con el control dentro de la prisión. El mandamás es un hombre siniestro llamado Lechero. Entre la fauna reinante están Mahone, T-Bag y Bellick, viejos conocidos de Michael. La cárcel tiene un importante huésped llamado Whistler, al que la Compañía lo quiere fuera a toda costa. Para obligar a Michael para que le ayude a escaparse, secuestran a Sarah y LJ. ¿Cómo conseguirá salir de ese tugurio?
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